El pasado 11 de Junio, la Consejería de Educación publicó las Instrucciones sobre el tratamiento de la lectura para el desarrollo de la competencia en comunicación lingüística, que eran una copia exacta de las publicadas
para el curso anterior. En la planificación de actuaciones, se indica que
"el proyecto educativo incorporará los criterios generales para el
tratamiento de la lectura y la escritura en todas las áreas y materias del
currículo" y especifica que en las programaciones didácticas de todas
las áreas y materias, desde el segundo ciclo de infantil hasta bachillerato, se
incluirán actividades en las que el alumnado deberá no sólo leer y escribir,
sino también expresarse de forma oral. Atribuye al ETCP la tarea de fijar las
líneas generales y la coordinación con respecto a estas actuaciones. El
documento apuesta además por el seguimiento y evaluación de estas actuaciones,
por la regulación del tiempo de lectura durante toda la enseñanza obligatoria,
los itinerarios de lectura, la programación de actividades de refuerzo y apoyo,
la participación de las familias, la constitución de comunidades lectoras, la
biblioteca escolar como centro de recursos y la inclusión en el plan de
formación del profesorado de acciones formativas para llevar a cabo estas acciones.
En esa misma fecha, se publicaron también la Instrucciones sobre la organización y funcionamiento de las bibliotecas escolares, las cuales sí que
introducen modificaciones significativas con respecto a las del año anterior,
viniendo en definitiva a generalizar el vacío dejado por los antiguos Proyectos
Lectores que los centros solicitaban voluntariamente. Se entiende que la
utilización de la Biblioteca Escolar concierne a todo el profesorado, a todas
las áreas y a todos los programas en los que está inmerso el centro. Desde esta
perspectiva, el centro debe elaborar un plan de trabajo de la biblioteca
escolar que incluya, además de los apartados dedicados a la organización y
gestión de los fondos y a los servicios bibliotecarios, aspectos didácticos
tales como el apoyo a los proyectos y programas que se desarrollen en el centro
y acciones relacionadas con el fomento de la lectura y el uso de la
información, sin olvidar los mecanismos para la circulación y difusión de la
información, la presencia en la web del centro y la selección de recursos
digitales.
Entendemos que estas instrucciones, que se complementan entre sí, suponen un
gran paso para que los centros vayan configurando su Proyecto Lingüístico. Pero
no podemos olvidar que en nuestra comunidad, que cuenta ya casi con un 50% de
centros bilingües, la idea del PLC surgió ligada al Plurilingüismo. La
necesidad de regular el uso de las distintas lenguas que conviven en el centro,
la concreción del currículo integrado de las lenguas, la implementación del PEL y la adopción de la
metodología AICLE, fueron los elementos clave que generaron la publicación de
guías y materiales para la elaboración del PLC. Sin embargo, la falta de una
normativa al respecto, dejó a los centros en una situación de voluntariedad en
cuanto a la decisión de su realización.
Esperamos que en un futuro no muy lejano, todas estas instrucciones, normativas
y orientaciones que inciden en el tratamiento de las lenguas en el centro y en
el desarrollo de las destrezas lingüísticas desde todas las áreas y materias
del currículo, se concreten en un documento único, articulado, coherente y
flexible, incluido en el Proyecto Educativo, que permita aunar los esfuerzos de
todo el profesorado y del resto de la comunidad educativa para incidir en la
mejora de la competencia en comunicación lingüística de nuestro alumnado.
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