Al
leer la convocatoria oficial, surgen esas dudas socráticas que suelen
ayudar a despejar los sinsentidos. Es un principio propicio porque la
decisión que hay que tomar no es caprichosa, participar en ARCE supone
viajar en todos los sentidos.
Asistir al primer encuentro nos sirvió para ampliar horizontes al
conocer cómo se organiza el trabajo del asesoramiento educativo en otras
comunidades. Nos reconocemos en las sombras y las luces nos animan a
seguir.
También
fijamos rumbo al revisar la práctica de asesoramiento para ayudar a los
centros educativos en la elaboración del proyecto lingúístico. A
partir de los planes de mejora, muchos centros están dedicando tiempo y
esfuerzo a la mejora de la competencia en comunicación lingüística.
Preparar el segundo encuentro, nos ha permitido deshacer “bárbaras
fronteras” al comprender que la obsesión por la especialidad nos aisla y
nos limita, casi siempre, inútilmente. Por fin, trabajar en equipo
deja de ser una intención, se convierte en necesidad, en la fuerza
natural.
Una
de las tareas previstas en el programa para el segundo encuentro era la creación
de un blog, que permitiera la difusión abierta de nuestro proyecto. Hubo
que tomar bastantes decisiones; algunas se resolvieron con facilidad,
pues se trataba de decisiones técnicas, pero otras nos exigían más
compromiso.
Pensar
el título suponía un ejercicio de síntesis, para que el blog hablase
nuestras tres lenguas, y, además, parecía incuestionable que debía
aparecer la palabra ARCE, en este punto fue imposible resistir la
tentación de no caer en el simbolismo de quienes se embarcaron en la
veloz nave Argos.
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